sábado, 26 de febrero de 2011

El siglo de Oro de Cadiz, siglo XVIII

Fue la Edad de Oro del puerto de Cádiz (se conocen datos de que a mediados de siglo, de Barcelona salían 23 barcos a las Indias, 26 de La Coruña, 34 de Málaga y de Cádiz 73 naves con más del 80 por ciento del volumen total de exportación a Ultramar).En 1700 se produce en la monarquía española un cambio de dinastía que supone además la introducción en el país de una concepción ilustrada y racionalista que acompaña el ascenso moderado de la burguesía en la sociedad. Para Cádiz este sería su siglo de oro, pues gracias al auge comercial de estos años la ciudad se transforma en una de las mayores de España (sólo superada por Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla) y posiblemente en la más rica. Duplicó su número de habitantes a lo largo del siglo, pasando de 40.000 a 80.000. Y si se tiene en cuenta a la población flotante, nunca censada, debió llegar a finales de la centuria a los 100.000 habitantes. Este crecimiento se debía fundamentalmente a la inmigración, procedente del norte de la península y del extranjero.

La ciudad tuvo una dedicación casi exclusiva al comercio, y el ambiente mercantil se hizo notar en todos los aspectos de la vida social. En Cádiz había tres teatros y más de treinta Cafés, que eran lugar de reunión y de tertulias literarias. Todo ello se vio influido por el ambiente cosmopolita que le daba la amplia presencia de extranjeros, en especial italianos y franceses, que suponían casi el 10 por ciento de la población y que trajeron, los primeros, el gusto por la arquitectura y la opera, y los segundos, la difusión de libros e ideas ilustradas.

Con el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz, la ciudad se impregnó de espíritu americano que se notó en el habla, la forma de vestir, el folklore y los jardines que se llenaron de plantas del Nuevo Mundo, que aún hoy se conservan: ombúes, dragos, ficus, jacarandás, etc.

El comercio con América experimentó grandes cambios a lo largo del siglo XVIII. Lo que se buscaba era la ampliación del tráfico a zonas geográficas distintas de las habituales, manteniendo la defensa del monopolio pero buscando sistemas más flexibles que permitieran un mejor abastecimiento del continente y evitando en lo posible el contrabando.

La primera novedad introducida por Felipe V fue el traslado de la Casa de Contratación y el Consulado a la ciudad de Cádiz. Esto significó el triunfo definitivo de los gaditanos que, desde finales del siglo anterior, venían desempeñando en la práctica las funcio-nes de capital del monopolio aunque los organismos oficiales continuasen en Sevilla. Este cambio del centro de gravedad del comercio americano estuvo relacionado con la demanda de las colonias, que empezaron a producir in situ los bienes básicos que hasta ahora recibían de Sevilla y a reclamar artículos manufacturados de calidad. Fueron entonces los géneros flamencos, italianos y franceses - fundamentalmente tejidos- los que adquirieron mayor importancia. Dada la destacada presencia de comerciantes extranjeros en Cádiz, este hecho fue definitivo para convertir a la ciudad en punto de partida y de regreso obligatorio de todos los viajes ultramarinos.
En principio, continuó el sistema tradicional según el cual todos los navíos que se dirigían hacia América debían reunirse en una flota y navegar juntos como medida de protección. Cada año zarpaban dos flotas, escoltadas por navíos de guerra, que iban destinadas a los dos virreinatos existentes. Una iba a Nueva España, saliendo de Cádiz en primavera para pasar por Canarias, las Antillas y llegar hasta el puerto mexicano de Veracruz. A su vuelta pasaba por La Habana y volvía a Cádiz por una ruta más al norte que a la ida. La otra flota era conocida como Galeones de Tierra Firme. Salía del puerto gaditano en verano y se dirigía, también por Canarias, a Cartagena de Indias y a Portobelo. A la vuelta pasaba igualmente por La Habana. No eran éstos los únicos barcos que unían España con América, estaban los azogues que transportaban el mercurio necesario para las minas de plata, y los buques correo que llevaban información pero no mercancías.
Este sistema era demasiado rígido y no conseguía oponerse al contrabando, por lo que en 1720 se fijó un nuevo reglamento que imponía diversas medidas que facilitaron la venta de productos españoles en detrimento de los extranjeros, aumentando también las rentas de la Corona mediante la subida de los impuestos sobre los metales preciosos.
Otra novedad importante fue la creación de las compañías privilegiadas, nombre por el que se conocía a una serie de compañías por acciones, concedidas por privilegio real y que tenían el monopolio del comercio en un determinado territorio. Ya en 1714 hubo un intento fallido con la creación de la Compañía de Honduras que quebró enseguida y con la intención de la Compañía de Ostende de establecerse en Cádiz. A fin, en 1728 aparecía la primera compañía que tuvo éxito y que se convertiría en la más importante, la Guipuzcoana de Caracas, cuyos objetivos fueron comerciar con Venezuela y fomentar su agricultura , especialmente el cultivo del cacao. A la vuelta de América, todos estos navíos debían pasar por Cádiz para ser registrados y pagar los derechos correspondientes, pero desembarcaban en los puertos vascos de Pasajes o San Sebastián. A partir de 1756 se sitúa la época de esplendor de la Compañía, que dura hasta 1781 en que su flota es destruida en la guerra contra Inglaterra. Durante este período, hasta diez barcos llegaban todos los años de Venezuela a Cádiz.
En 1733 se intentó lanzar la Compañía de Filipinas, que no sería una realidad hasta 1785. Y años después, en 1740, se creó la de La Habana que ejerció el monopolio con Cuba hasta 1762. El mismo año de su creación supuso también la sustitución del sistema de flotas por el de navíos de registro, lo que significó cierta apertura al permitir un servicio regular de correos desde La Coruña, y el acceso a lugares como Chile, Río de la Plata y otras colonias que estaban demasiado alejadas de Veracruz y Portobelo. Por último, la Compañía de Barcelona, creada en 1755, supuso la afirmación del comercio catalán con América; aunque sus barcos debían pasar primero por Cádiz.
Todas estas compañías y algunas más que fracasaron vinieron a ser un exponente más del deseo regio de flexibilizar el comercio americano, pero no se debe olvidar que Cádiz continuaba siendo cabeza del monopolio y enriqueciéndose a costa del abundante tráfico comercial.
Para entrar en algunos datos relevantes y conocer el contenido del comercio gaditano con América, habría que analizar las cifras que proporciona el trabajo de García Baquero al respecto, quizás el más completo sobre esta materia. El movimiento de navíos entre Cádiz y América durante el monopolio (1717-1765) consistió en un total de 1.592 viajes, de los que 1.083 son de ida y 869 de regreso; lo que supuso un incremento general del tráfico respecto al anterior período sevillano.
García Baquero ha señalado dos etapas: una de crecimiento hasta 1747, y otra de mayor auge entre 1748 y 1778 cuando se firma el Decreto de Libre Comercio. En la primera fase, la media anual fue de 34,3 navíos y 8.932 toneladas; mientras que a partir de 1748, esas medias pasaron a ser de 76 navíos y 23.831 toneladas. El incremento se debía al cambio del sistema de flotas por el de los navíos sueltos y a la actividad de las compañías privilegiadas.
Respecto a las exportaciones, los productos industriales suponían algo más del 50 por ciento del total y el resto pertenecía a los productos agrícolas. De los primeros destacan los textiles que procedían, en su mayor parte, de países europeos y que representan las tres cuartas partes de lo exportado. En la restante cuarta parte, la mayor importancia la tenían los productos siderúrgicos, el papel y la cera. En cuanto a los productos agrícolas, más de tres cuartas partes eran ocupadas por el vino y el aguardiente. El resto correspondía sobre todo al aceite y las especias.
Para las importaciones se puede distinguir entre las dos etapas. En la primera predominan el tabaco y el cacao, que se repartían las tres cuartas partes del total. Le seguían el añil, la grana, el azúcar, los palos de tinte, plantas medicinales, el cobre y el estaño. Para la segunda fase, el azúcar pasó a compartir con el cacao la primacía abarcando ambos un 60 por ciento del total. El tabaco suponía ahora un 15 por ciento y el resto se lo repartían el grupo de productos mencionados anteriormente.
Sin embargo, la parte fundamental del tráfico americano fueron los metales preciosos, llamados caudales. Para el primer período, llegaron a España 131,4 millones de pesos en plata y 19,5 en oro. Este dinero iba a parar en mayor medida a los particulares que a la Hacienda, además de que muchas veces el metal era descargado antes de entrar en el puerto de Cádiz para evitar así el pago de los impuestos.
Cuando parecía que mejor funcionaba el sistema, Carlos III decidió desmantelarlo pensando que el comercio libre entre España y América permitiera aprovechar el auge que se estaba produciendo. El cambio se inició en 1765, cuando se autorizó el comercio directo con Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y Trinidad a los puertos de Cádiz, Santander, Gijón, La Coruña, Sevilla, Málaga, Cartagena, Alicante y Barcelona. Este relajamiento del monopolio gaditano desembocó en el Reglamento para el Comercio Libro que se publicó el 12 de octubre de 1778. A los puertos habilitados en 1765, más Santa Cruz de Tenerife y Palma de Mallorca, se les permitía negociar libremente con todos los puntos de América, excepto México y Venezuela, donde persistie-ron los monopolios de Cádiz y San Sebastián respectivamente.
El nuevo sistema no afectó negativamente en un principio al puerto gaditano, que mantenía su tráfico intensivo con Cuba y Nueva España, beneficiándose además del incremento de actividad comercial con Nueva Granada y el Río de la Plata.
Pasado 1780 se eliminaron las restricciones que aún quedaban en el comercio americano. La Compañía de Caracas se disolvió en 1785, aunque sus accionistas invirtieron en una nueva que monopolizará el comercio con Filipinas desde Cádiz. También los gadi-tanos debieron liberar a partir de 1789 el tráfico mexicano, que se abrió al resto de los puertos españoles.
Cuando en 1790 desaparecía la Casa de Contratación quedaba fijado el nuevo modelo que indica valores claramente positivos, con una aumento en 1796 del volumen de las exportaciones en torno al 400% con respecto a 1778. 
El Decreto de Libre Comercio favoreció a Cádiz más que a ningún otro puerto, de tal manera que de él entraban y salían centenares de navíos hasta superar los mil al año. Concretamente, según datos de 1792, el puerto gaditano participaba en el 71,5 por ciento del total de las exportaciones y en un 80,8 por ciento de las importaciones. De Cádiz partieron todo tipo de artículos, aunque se observa una menor demanda del mercado indiano de productos de primera necesidad y se reclaman más productos industriales o difíciles de obtener en América: hierro, acero, tejidos de calidad, cera, medicinas, libros, etc. En cuanto a los géneros coloniales que llegan a Cádiz, siguen destacando el tabaco y el cacao, seguidos del azúcar, índigo, cochinilla y cueros.

En suma, es evidente el predominio del puerto gaditano, uno de los principales de Europa a pesar de haber desaparecido el monopolio. A partir de 1797, con el permiso de que países extranjeros participen en el comercio hispanoamericano, se inicia la progresiva decadencia del comercio indiano y quedan para la historia los niveles máximos del setecientos como un techo nunca superado, al menos para la ciudad de Cádiz.

jueves, 17 de febrero de 2011

Guerreros de Riace, sinónimo de perfección

Guerrero viejo(izq) y Guerrero jóven(drch)
Estas estatuas de bronce están atribuidas a varias escuelas y autores, entre ellos a la escuela de Praxiteles, a la del mismo Fidias, y sobre todo a Pitágoras de Reggio, cerca de donde se encontraron.
Dimensiones: 2,05 m.

Estilo griego clásico, de

Cronología aproximada: Siglo V aC. entre los años 460 y 430 aC.

Localización: Museo de Reggio Calabria, Italia.
Las estatuas son dos esculturas exentas, conocidas popularmente como el guerrero viejo y el joven, encontradas en el Mar Jónico, en las costas de Riace, muy cerca de Reggio Calabria. Seguramente el barco que las transportaba sufrió un naufragio, y toda su carga, ha permanecido en el fondo del mar hasta 1972, año en el que fueron rescatadas.

Ambos guerreros presentan una posición muy parecida, la pierna derecha recta, sosteniendo la mayor parte del peso del cuerpo, y la izquierda ligeramente flexionada. El brazo izquierdo está doblado formando un ángulo de 90, seguramente para aguantar un escudo, mientras que el derecho, más estirado a lo largo del cuerpo, seguramente sujetaba una lanza o una espada. Ambas formaban parte de un grupo escultórico, y estaban diseñadas para ser vistas de frente.Como se puede apreciar en las imágenes, el trabajo en bronce, es de tal perfección que hasta los mínimos detalles se han estudiado con detenimiento, para dar el mayor realismo a las figuras. La figura B presenta el pelo corto y complétamente recogido, como para adaptar un casco, mientras que el guerrero A tiene el pelo largo sujeto por una cinta.
Ambos tienen añadidos de otros materiales, como el cobre de las pestañas y los labios, la plata de los dientes y el marfil de los ojos. El escultor demuestra un enorme conocimiento de la técnica de la cera perdida y de la proporción en las imágenes.

La postura es muy natural, y al mismo tiempo amenazadora, ojos de mirada fija, boca entreabierta, sin duda las figuras estaban destinadas a impresionar al pueblo. El trenzado del pelo y la barba, la poderosa musculatura, el relieve de la piel, donde son visibles los grandes músculos, venas y tendones, son también un prodigioso estudio de la anatomía humana.
Ambas estatuas tienen el indudable valor de ser de las pocas obras originales que se pueden observar tal como eran las esculturas clásicas de bronce.
Seguramente las estatuas están realizadas en el mismo taller, participan de características muy reconocibles del llamado estilo severo, que tuvo a Policleto como su punto culminante y al contrapposto como la técnica postural más habitual.
Esta técnica consiste en dividir el cuerpo longitudinalmente en dos zonas, una tensa, sobre la que descansa el peso de la figura, y otra relajada. El contraste hace que se tenga que replantear todo el sistema postural de la figura. La prolongación de las caderas y los hombros convergen hacia el lado tenso de la estatua, y divergen hacia el lado relajado.

En cuanto a su identificación, también hay polémica. Algunos los consideran simples representaciones de guerreros anónimos, encargados por el tirano de Rhegion, o de otra de las ciudades de la Magna Grecia

lunes, 14 de febrero de 2011

San Valentín, sus origenes

Los enamorados tienen un día en nuestro calendario para demostrar o reafirmar su amor mediante regalos, dedicatorias o poemas pero ¿por qué el 14 de febrero? Todo esto tiene una explicacion.
Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y  aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
También, y hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la "fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.

Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.
Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos.
Valentín adquiere por proteger a los enamorados y auspiciar bodas secretas gran prestigio en toda la ciudad y es llamado por el emperador Claudio II para conocerle. El sacerdote aprovecha aquella visita para hacer propaganda de la religión cristiana y convencer al emperador para que siga los pasos de Jesús. Aunque en un principio Claudio II se sintió atraído por aquella religión que los mismos romanos perseguían, los soldados y el propio Gobernador de Roma le obligaron a desistir y organizaron una campaña en contra de Valentín. El emperador romano cambió de opinión y ordenó al gobernador de Roma que procesara al sacerdote.
La misión de condenar al sacerdote la tuvo que llevar acabo el lugarteniente, Asterius. Éste, cuando estuvo delante del sacerdote,  se burló de la religión cristiana y quiso poner a prueba a Valentín. Le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una de sus hijas que era ciega de nacimiento. El sacerdote aceptó y en nombre del Señor obró el milagro. El lugarteniente y toda su familia se convirtieron al cristianismo pero no pudieron librar a Valentín de su martirio. San Valentín fue ejecutado un 14 de febrero.
Mientras estuvo encerrado, su carcelero le pidió que diera clases a su hija Julia, a base de lecciones y horas juntos, Valentín se enamoró de la muchacha. La víspera de su ejecución, envió una nota de despedida a la chica en la que firmó con las palabras "de tu Valentín", de ahí el origen de las cartas de amor y poemas que se envían los enamorados en la actualidad y de la expresión de despedida "From Your Valentine"; conocida en todo el mundo adjunta en miles de postales de San Valentín.
La historia de San Valentín hubiera quedado ahí si no fuera porque dos siglos más tarde la Iglesia católica la recuperó. Por aquel entonces era tradición entre los adolescentes practicar una curiosa fiesta pagana derivada de los ritos en honor del dios Lupercus, dios de la fertilidad que se celebraba el día 15 de febrero. Era un sorteo mediante el cual cada chico escogía el nombre de una joven que se convertiría en su compañera de diversión durante un año. La Santa Sede quiso acabar con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados.

Basílica de San Valentín
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente. 
Sea como fuese, San Valentín se ha convertido en el patrón de todos los enamorados y de todas aquellas personas que quieren tener una pareja. Los comerciantes se han hecho eco de esta festividad y la han convertido en un día perfecto para aumentar las ventas. Flores, postales, poemas de amor, dedicatorias, bombones y regalos de todo tipo se realizan este día al ser querido para demostrar su amor y amistad.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Hércules Gaditano, Non Plus Ultra

Estatua del Hércules Gaditano





En el siglo I a. C. Estrabón refiere en su Geografía que los tirios fundaron Gadeira, alzando un santuario a Melkart, figuración primitiva de Hércules, en la parte oriental de la isla y la ciudad en la parte occidental. Se decía que el templo había sido fundado en tiempos de la guerra de Troya a comienzos del siglo XII a. C.

Castillo de Santi-Petri, donde estuvo el templo de Hércules









El santuario probablemente sería un conjunto de edificaciones donde habría un edificio principal y un patio al que se accedía por una puerta flanqueada por dos grandes columnas. En el frontispicio aparecían los doce trabajos de Hércules labrados en bronce. No existía ninguna imagen del dios en el interior del recinto. Asimismo hace referencia al hecho de que los sacrificios humanos estaban prohibidos y a que en su altar ardía un fuego perpetuo, cuidado por la incesante vigilancia de sus sacerdotes. Según Estrabón, en las columnas de la entrada los navegantes hacían sus sacrificios. Abundaban en el santuario los altares de bronce con escenas de la vida de Hércules donde ardía el fuego. Además eran famosos los dos pozos de agua dulce que tenían un régimen de crecidas inverso al de las mareas.
Según el historiador latino Pomponio Mela, bajo el templo estaban enterrados los restos de Hércules, de ahí su gran fama.
Durante la época romana persistió el esplendor del templo, que alcanzó máximo esplendor. El santuario sufrió ataques y destrucciones, la acción del mar, su explotación como cantera de piedra ostionera y las sucesivas ocupaciones que sobre él se han ido desarrollando, por lo que ha desaparecido. Su existencia se constata por los textos griegos y latinos, citados desde el siglo XVI por historiadores y eruditos, y por los importantes restos arqueológicos hallados desde principios del siglo XX.

martes, 8 de febrero de 2011

Fenicios, fundadores de Cádiz

La fundación de Cádiz se remonta al año 1100 a.C. y se debió a los fenicios. En un principio se denominó Gadir que bien podría ser una derivación de Gudar que significa separación. Esta denominación tiene relación con el hecho de que en aquellos tiempos el territorio fuesen islas (Erytheia, Kotinoussa y Antipolís). Los fenicios con su idea expansionista con fines comerciales se interesaron por instalar una colonia en lo que consideraban en fin de la tierra conocida, en las Columnas de Hércules. Buscaban materias primas que intercambiarían con productos manufacturados que ellos recibían de Oriente. Para ellos significaba llevar su expansión comercial a los últimos confines pero para los pueblos primitivos hispánicos representaba una toma de contacto con un mundo que estaba mucho mas avanzado. Las pretensiones fenicias eran exclusivamente comerciales y por ello no encontraron resistencia en los pueblos indígenas con los que mantenían intercambio. Los fenicios realizaron varias expediciones a las tierras ibéericas y de ahí los asentamientos de Malaca ( Málaga ) Sexi ( Almuñecar ) Abdera ( Adra ) y Gadir.
  Los hipogeos de Punta de Vaca y Punta de Tierra son muestras de la cultura fenicia en tierras gaditanas. El Museo de Cádiz, creado en 1.970, alberga interesantes restos arqueológicos de la época fenicia como los sacórfagos antropoformos fenicios, restos de un capitel protoeólico del templo de Cronos ( está por confirmar si pertenecen a dicho templo), la estatuilla del
 Hércules gaditano y bronces fenicios del templo de Hércules-Melkart* ( localizados en Santi-Petri, Cádiz)
Estatua de Hércules Gaditano


Capitel protoeólico
                                                                     
Bronces del templo de Hércules-Melkart
                                                                                                                                                                                                              













Sarcófagos antropomorfos fenicios













*El Templo de Hércules Gaditano o Herakleión Gaditano fue un santuario que existió en las antiguas Islas Gadeiras, sobre el actual Islote de Sancti Petri (San Fernando, Cádiz).
Los orígenes del templo se remontan a los tiempos de asentamiento fenicio, pueblo que construyó un templo en honor a Melkart, El tiempo continuó tributando culto a dicho dios durante la dominación cartaginesa. Pero durante la presencia romana se tributó culto a Heracles/Hércules.

domingo, 6 de febrero de 2011

Tartessos, toda una cultura bajo nuestros pies

Tartessos alude a una civilización desarrollada por un pueblo prerromano asentado en el tercio sur de la península ibérica entre los siglos X al VI adC; pero también al territorio que ocupó, a su principal río (el actual río Guadalquivir) e incluso a la posible ciudad capital de ese estado, que se ha intentado hallar mediante varias excavaciones arqueológicas, hasta ahora sin éxito, en las costas de las provincias de Cádiz y Huelva, cercanas a la desembocadura del antiguo Betis.

El tesoro de la Aliseda y el Carambolo son los dos grandes yacimientos que permitieron iniciar el estudio de Tartesos. Se consideraron como paradigmas de la cultura de realeza, ejemplos de una sociedad claramente jerarquizada. Ambos yacimientos se encuentran dentro del bronce final o periodo geométrico. Hoy en día tenemos una mayor información del periodo inicial.
 Tesoro de Carambolo (izq.) y Tesoro de Aliseda (drch.)

Entre las fuentes orientales podemos citar a la Biblio (Reyes) en la que se mencionan una serie de productos exóticos. Entre las fuentes grecolatinas encontramos la identificación de Tartesos con una ciudad o un rio. Hoy en día se tiende a identificar Tartesos más con una cultura que con una ciudad.

Varias son las hipótesis históricas que se suelen manejar. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:

*Evolucionistas(finales del XIX y principios del XX):
*Evolución de un desarrollo de un calcolítico y bronce pleno. Toman como punto de partida las culturas del Algar y Los Miralles, pero hay que tener cuidado ya que estas se sitúan en Almería.

Colonialista:

La cultura tartésica como desarrollo exclusivamente relacionado con el fenómeno colonial fenicio. Indoeuropea: aporte de gentes y pueblos celtas que llegan al sur imponiendo una cultura diferente.

Ramal de distintas culturas del bronce atlántico:

Pero se da el caso de que la mayoría de los elementos que definen la cultura tartésica son mediterráneos y no atlánticos. Los elementos mediterráneos se relacionan con el Egeo y el mundo microasriático (Pueblos del Mar).
En el territorio hay que diferenciar un núcleo central y un hinterland. El central tiene dos focos: el foco onubense y el foco del bajo Guadalquivir. El hinterland o "provincias tartésicas" contaría con Extremadura (provincia de Badajoz) y un foco portugués. Hacia el Mediterráneo los últimos hallazgos en Guardamar del Segura dan una cierta veracidad a las fuentes históricas que se refieren al territorio tartésico tan amplio como el comprendido entre el Tajo y el Mediterráneo y hasta el río Júcar. Se han encontrado grafitos en cerámica lo cual nos habla no sólo de extensión sino también de uso. El foco onubense es más abierto, más receptivo. El otro foco (Bajo Guadalquivir) es más interno y tradicional. El foco onubense se caracteriza porque sus poblados giran entorno a la explotación minero metalúrgica. El foco del Bajo Guadalquivir gira entorno a una economía agropecuaria y en relación a las vías naturales de comunicación con la meseta y Extremadura. En el foco onubense las vías se dirigen hacia la costa, hacia el puerto de Huelva, puerto comercial indígena y diferenciado del de Cádiz que es colonial fenicio, apesar de ello debemos contar con el hecho de que existe una clara organización social,distribución del poblamiento y del territorio, explotación de la metalurgia y la organización que ello supone. La economía gira hacia la explotación minero-metalúrgica y hacia la economía de tipo agropecuario.

Sobre la realeza disponemos de dos tipos de información. Por un lado tenemos noticias del rey Argantonio y de su ofrecimiento a los Foceos para que se asienten en el territorio tartésico y la negativa de éstos, que en cambio se llevan un importante tributo que les permitirá reconstruir sus murallas. Los tesoros de la Aliseda y Carambolo nos hablan de una clase social acomodada y de unos enterramientos de tipo principesco.

Análisis

No debemos solo analizar un periodo cronológico sino que debemos estudiar el y los periodos anteriores: Bronce Medio en Andalucía. Hay una ausencia de restos de este periodo en los grandes yacimientos tartésicos de esos niveles. Se conoce mucho mejor la zona oriental y sudeste (Agar, Millares.

*Entrando ya en la cultura tartésica hay dos periodos:

- Periodo geométrico, que coincide con el bronce final y abarca desde el 1200 al 750 a.C.

- Periodo orientalizante: la cultura tartésica se empapa de elementos orientales provenientes principalmente de los contactos fenicios y foceos. Coincide con la I Edad del Hierro y abarca desde el año 750-550 a.C.

El eclipse de la cultura tartésica no impide que muchos de los asentamientos que se formaron incluso en el periodo geométrico sigan estando habitados en el momento en el que surge la otra gran cultura protohistórica: la cultura ibérica, y en concreto la llamada TURDETANA, que dentro de los pueblos ibéricos serán los que tienen una mayor carga de elementos orientales.
El fin de los Tartessos
¿Cuáles son las causas que provocaron el declive de esta cultura?. Están íntimamente relacionadas con el debilitamiento del comercio fenicio en las costas andaluzas, aproximadamente alrededor del 600 a.C. Se observa el abandono de muchas de las ciudades y necrópolis fenicias y si no se abandonan en su totalidad se reconvierten. Son razones de tipo político. Los fenicios estaban interesados en la explotación de las minas de metales que eran muy demandados por Oriente, en concreto por el imperio asirio. Esas relaciones comerciales entre las colonias del occidente y los fenicios se interrumpieron debido a la presión asiria y a la interrupción del comercio.

Ello provoca un declive en una de las economías básicas de la cultura tartésica. Tartesos tiene dificultades para dar salida a esos metales. Este vacío se intenta solucionar planteando relaciones comerciales con los griegos (Argantonio y los foceos). La gran profusión de cerámica griega en todos los yacimientos onubenses en estratos fechados entre el 580 y el 550 a.C. confirman arqueológicamente este dato. Este establecimiento queda interrumpido por una nueva política que surge: los púnicos o cartagineses. Cartago intenta hacerse dueña del comercio. Su gran rival son los griegos. Impiden todo comercio por la zona del estrecho, la zona de salida del metal de las minas onubenses. Al mismo tiempo, la estrategia política cartaginesa es diferente. Tiene unos intereses militares muy claros. Habrá un desplazamiento de establecimientos púnicos hacia la zona levantina (fundación de Cartagena). Esa pérdida de interés contrasta con el alza de explotación de otras zonas mineras: las minas de Sierra Morena y las cercanas a Cartagena. A partir del 550 a.C. dará sentido al desarrollo de lo que se viene definiendo a la cultura continuadora de Tartesos: la cultura Turdetana.